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Documento sobre la Historia de Tubilla del Lago y Quintanilla de los Caballeros.
Por Delfín y Miguel.

  Tubilla del Lago en sus orígenes



    El nombre del pueblo


          El nombre del pueblo es de la época medieval, y casi se puede asegurar que deriva de la palabra toba, tierra caliza blanquecina que abunda en los alrededores del pueblo. Hubo una época en que se llamó Tobella del Lago.

          La palabra Lago se debe a la existencia en aquella época de una laguna o zona pantanosa próxima a la localidad, algo que por otra parte, no es de extrañar debido a la gran cantidad de manantiales que todavía hoy permanecen activos, incluso en los años de menos lluvias.

    Origen y Fortaleza


           Tubilla del Lago es uno de los más antiguos pueblos de la comarca. El historiador y sabio benedictino P. Serrano cita a Tubilla del Lago entre los pueblos fortificados en el siglo X. En el siglo IX se funda el pueblo de Tubilla del Lago, y ya en el siglo X tiene Castillo y Fortificación.

    Historia siglos IX y X


           El maestro Francisco de Berganza en su obra "Antiguedades de España" en el capítulo 10, nos data:

          "Eylo y su hermana Goto, haciéndose familiares del Monasterio de Cardeña, ofrecieron la Serna, que tenían en Quintana de los Cojos, y la tercera parte de las heredades y Patronato de la Iglesia de S. Pedro. Alonso Sandino con su mujer Eylo dio la Iglesia de S. Pedro en el lugar de Tobilla, que estaba en las riberas del río Esgueva. Consta de donaciones hechas a dicha Iglesia de S. Pedro, que era Monasterio, y que su abad era Recesvindo. En el mismo territorio de Tobilla hubo dos monasterios; el uno dedicado a S. Vicente, y el otro dedicado a Sta. Eulalia, que se habín incorporado con el Monasterio de S. Pedro. En la fecha de la donación de Alonso Sandino de 1 de mayo de 950. Así esta donación, como la de las dos hermanas Eylo y Goto, dicen, que Fernán González era conde de Castilla."

           También nos data en el capítulo 12 del mismo libro lo siguiente:

          "Alonso Sandinez, que dio al Monasterio de Cardeña la Iglesia de S. Pedro de Tobilla en las riberas del río Esgueva, vendió al abad Recesvindo un prado, cerca de Torresandino, por un caballo con su freno amarillo, en 1 de mayo de 958; reinando el León D. Sancho y el Conde Fernán González en Castilla".

           Y en el capítulo 7 nos narra lo siguiente:

          "El abad D. Endura, a quien la Historia de Arlanza llama D. Ovenco, sucedió en la abadía de Cardeña a D. Esteban Segundo. La primera memoria del abad D. Endura se halla en profesión, que hizo Sancho Presbítero en 19 de febrero de 969, reinando D. Ramiro en León y el Conde Fernán González en Castilla. Rodrigo Presbítero, y sus compañeros Gonzalo, y Rodrigo, sujetándose al abad D. Endura, y a la observancia monástica de Cardeñ,a, arreglaron la Iglesia de S. Vicente que estaba en las riberas del río Esgueva, cerca del lugar de Tobilla, con cuanta hacienda pertenecía a dicha Iglesia. Esta data de 10 de agosto de dicho año, reinando los mismos señores."

          Lo que nos dice Francisco de Berganza, es que la Iglesia de S. Pedro de Tobilla se halla unida al Monasterio de Cardeña en el año 950. Y los monasterios de S. Vicente y de Sta. Eulalia eran anejos al Monasterio de Cardeña.

    Historia siglos XII a XVII


           Según un documento hallado en el archivo de La Vid, el rey D. Alfonso VIII hizo merced al conde D. Pedro quien ya posee territorio en Haza, Lerma, etc.; en el año 1162. Como parroquia estuvo, en algún tiempo, bajo la jurisdición del Obispado de Burgos, pero ya en el 1178 pertenecía a Osma y la elección del párroco y su presentación al Obispo lo hacía el Monasterio de S. Pedro de Gumiel.

           En 1182 Alfonso VIII y su esposa Dña. Leonor (fundadora del monasterio de Las Huelgas de Burgos) dieron al monasterio de Premonstratenses de Ntra. Sra. de La Vid, la Villa de Tubilla.

           Otro documento del archivo del Monasterio de La Vid manifiesta, según testimonio de Pedro Fernández, escribano público en Aranda, que el rey Don Pedro concedió enteramente la Villa de Tobella al Monasterio de La Vid en 1365.

           De otros textos se extrae la frase siguiente: "En 1411 el Monasterio de Gumiel compró en Tubilla... por 30 cabras." (Se desconoce el objeto).

           En 1420 Tubilla se entendió con Gumiel de Hizán para poder cortar leña en el monte SUSO (deriva del latín de la palabra Sursum, que signifida Arriba). El documento se halla en el libro Tumbo de la Villa de Gumiel y dice lo siguiente:
           "Sepan cuantos esta carta sentencia compromisario vieren, como en Villalvilla, aldea de la Villa de Gumiel... a 18 de septiembre de 1420... estando presentes Pedro Fernández Baños, vecino de la Villa de Gumiel, procurador del concejo e omes buenos de la villa...; e Pedro Fernández e Pedro Martínez... vecinos de Tovilla, lugar del Monasterio de Sta. María de La Vid... procuradores del concejo e omes buenos... de Tovilla, de la otra parte; en presencia de Nos García Pérez, clérigo de Cuevasrubias del Obispado de Burgos e Ruy González de Gumiel, clérigo... notarios apostólicos e de los testigos de yuso escritos, pareció presente Pedro Martínez, fijo de Pascual Sánchez vecino del lugar de Tovillas, jueces, amigos, árbitros, arbitradores... jueces de avenencia, tomados e escogidos de ambos dichos concejos...

           "Los vecinos de Gumiel reunidos como de costumbre en Sta. Mª, para evitar pleitose cotiendas con los mismos de Tovilla sobre cortar leña y llevar leña del monte de Villalvilla de Suso que dicen, y los vecinos de Tovilla que fuesen hallados cortando leña en dicho monte, e pillados en el término de Gumiel o sus aldeas, por cualquier persona, pierdan la bestia y todo lo que lleven..."
           Los vecinos de Tovilla también se reunieron junto a la Iglesia de S. Adrián, según costumbre, y no estaban conformes con lo acordado por los de Gumiel, sino que determinaron "pagar solamente 4 maravedíes par cada carga".
           Los jueces sentenciaron: "PRIMERO: si alguno es pillado con un gavijón de retama o leña en el monte de susu debe pagar 4 maravedíes y si es leña mayor 8 maravedíes y siendo de noche el doble. SEGUNDO: si alguno fuera pillado en el monte Yuso (abajo) entrando por el camino de Villalvilla a Pinilla pierda la caballería. TERCERO: si dejase la caballería fuera, en el camino, y fuera hallado cortando leña, pierda las herramientas..."

           En 1567 no llovió nada desde el mes de enero hasta el dia de San Marcos, por lo que determinaron los pueblos ribereños hacer una rogativa a la Virgen de Las Viñas de Aranda. A dicha rogativa acudió en masa el pueblo de Tubilla, entre otros muchos del contorno, con disciplinantes y recibiendo con gran devoción los santos sacramentos de penitencia y comunión.

           El 29 de diciembre de 1575, el Monasterio de La Vid vendió el Señorío de Tubilla a D. Diego Váiz, natural de Peñarnda de Duero. Su precio fue de 1000 maravedíes alfonsinos. En dicho Señorío entraba el "vasallaje y jurisdición, penas de cámara y los 210 maravedíes de martiniega, que los vecinos pagaban al año por precio de 451.000 mrvs...que montaron 43 vecinos que había en ella, y le reconocieron por Señor.

           En un documento de 1586, se lee: "En este presente año, el ilustre Señor D. Diego Váiz, Señor de la villa de Tobilla del Lago, juez de resistencia de esta villa (La Aguilera) por el Excmo. Sr. Conde de Miranda y Virrey de Cataluña, señor de ella..."".
           Poco duró este Señorío, ya que a su muerte, los herederos lo vendieron a los Alcoceres (Familia Noble de Albamar y Briviesca). Sin embargo llevado por su espíritu religioso, supo dejar un buen recuerdo en la Iglesia Parroquial, dedicada entonces a San Adrián construyendo la cabecera de la misma, con bóveda de crucería, y alargando así la única nave pequeña, que entonces tenía, para sus 44 vecinos.

           En 1607 pagaba Tubilla al Monasterio de La Vid 160 fanegas, por mitad de trigo y cebada, y en el pleito que tuvieron quedó reducido a 100.
           En este mismo año, el Señorío de la Villa, pasó de los herederos de D. Diego Váiz, por título de venta, a D. Andrés Alcocer, quien con dicho Señorío y otros bienes, fundó un mayorazgo.

           Todavía hoy permanece la casa Señorial de los Alcoceres, situada en la parte baja del pueblo, junto a la plaza.


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