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             La Semana Santa
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  La Semana Santa

           La Semana Santa en Tubilla es una mezcolanza de ritos, fervor y tradiciones, vividos con intensidad por todos los vecinos y personas simpatizantes del pueblo, que llegan para disfrutar de estos días de asueto.
           El Domingo de Ramos, como de costumbre, se suele estrenar algo, para ir a la procesión de los ramos. En la ermita de san Miguel se bendicen los ramos de romero y se reparten entre los fieles para que los porten en la procesión alrededor del pueblo hasta la Iglesia. Los ramos que sobran se guardan para quemarlos el Miércoles de ceniza con el fin de utilizar la ceniza para imponerla a los fieles.
    Los ramos repartidos, se colocan en las ventanas o en los desvanes para proteger las casas contra las fuerzas del mal.
           El Jueves Santo, todavía es un día que "reluce más que el sol". Es el día de la Eucaristía y del amor fraterno. La iglesia se adorna de una forma especial y se hace una especie de altar denominado "monumento", lleno de luces y flores, donde se deposita la Hostia para que sea venerada y adorada hasta los oficios del Viernes Santo.
           Durante la misa tiene lugar el canto a gloria de las campanas, para quedar mudas hasta el día de la Resurrección. También es tradición el lavatorio de los pies a doce personas a manos del sacerdote, rememorando la escena de humildad de Jesús al lavar los pies a sus discípulos.
           En la calle la alegría va acompañada de la limonada y de las torrijas, abundantes en los bares y en las casas. Mención aparte tiene el juego de las chapas, juego por antonomasias de estas fiestas. Tanto es así, que hasta en la el régimen pasado se permitía en los días de Jueves y Viernes Santos.
           Como las campanas están de luto, los niños con una enorme carraca "carracón" anuncian por el pueblo los actos litúrgicos, avisando las "treguas", esto es, si es el primer aviso, el segundo o el tercero para dar comienzo dichos actos.
           En el Viernes Santo no hay procesión con pasos, pero sí una procesión "la Carrera". Es una procesión de recogimiento espiritual cuyo personaje central es Jesús con la cruz a cuestas: Un mozo hace de Jesús y carga con la cruz, otro va delante tirando del cordel que pende del cuello de Jesús, detrás le acompaña el cireneo para ayudarle a soportar el peso del madero. El Cireneo de vez en cuando da un golpe con un martillo en la cruz, los fieles cantan salmos o cánticos de penitencia y cuando el cireneo da tres golpes, Jesús cae a tierra. Esto ocurre tres veces en el itinerario de la Carrera. La procesión termina en la iglesia con el canto del Miserere en latín.
           El día de Sábado Santo se celebra los oficios de bendición del agua, del fuego y del cirio y la misa de Resurrección en cuyo canto del gloria las campanas vuelven a sonar a los cuatro vientos. Años atrás, mientras tocaban las campanas, la gente salía a la calle a coger 12 guijarros para mojarlos en agua bendita. Estos guijarros se lanzaban al aire en las tormentas de granizo con el fin de parar el hielo caído de las nubes. Es costumbre repartir entre los fieles un poco de esa agua bendecida para rociar las casas e impedir que entren las fuerzas del mal.
           Después de la misa las personas que lo deseen se pueden quedar a comer el cordero "pascual", que previamente se ha asado.
           El Domingo de Resurrección se celebra la procesión del Encuentro. Los varones acompañan la imagen de Jesús resucitado, salen de la iglesia y van al encuentro de la imagen de María acompañada de las mujeres. Cuando se produce el encuentro, se quita el manto de luto de la imagen de María y se le acerca la de Jesús resucitado. Con la misa terminan los actos litúrgicos de Semana Santa.
           Actualmente se sigue rifando un ramo de rosquillas, ramo que antes realizaban las "mozas del Cristo". El dinero recaudado se destina a necesidades de la iglesia.
           En este día es típico comer lechazo de cordero condimentado de diversas formas, destacando la receta de asado al horno, todo acompañado con el incomparable vino de la Ribera del Duero.


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