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Indice de la Literatura |
Aristóteles, para explicar el cambio, concebía el ser como potencia y acto. La potencia es la capacidad de ser. No es nada, sólo pura capacidad, pura probabilidad de ser. No quiero interpretar al filósofo, pero, cuando oigo rechazar algo razonablemente perfecto argumentando que es utópico y por ende imposible, su teoría, para mi consuelo, acude a mi mente. El ser humano está dotado de inteligencia y de razón, facultades que le hacen comprender que lo que existe, el ser, puede ser perfeccionado y se lanza a hacer proyectos para cambiarlo, para destruir y volver a crear, si fuera necesario, algo más perfecto, así una y otra y otra vez, hasta el fin de su existencia. Esta capacidad dinámica, esta ansia de algo mejor es la Utopía. La Utopía está en la médula de la esencia del hombre, idea y creador de ideas y en el mundo, idea evolutiva. El niño quiere tocar la flor más alta, el joven se rebela contra lo establecido, la ciencia abre nuevos caminos, los enfermos quieren curarse..., la Tierra tiembla, los continentes se juntan, se separan, las especies se transforman...Lo imposible de ayer es posible hoy, lo imposible de hoy será posible mañana. ¿Qué habría sido del mundo y de la sociedad sin Utopía? Habrían sido un mundo inerte, sin cambio y una sociedad rutinaria, sin ilusión, sin vida humana. A pesar de todo, desde los primeros tiempos ha sido rechazada, perseguida y castigada, pero no aniquilada. Por eso la sociedad vive y camina hacia el horizonte. Castigado fue Adán por querer cambiar y ser como Dios, castigados los primitivos cristianos por querer la igualdad, los gladiadores por querer la libertad. Perseguidos y rechazados son los anarquistas por concebir una sociedad de justicia sin Estado. Siempre hay recelo al cambio y cuando no hay argumentos, lo tildamos de imposible. ¿No será que estamos escondiendo nuestra falta de valentía para dar el paso hacia delante? Nada ni nadie conseguirá matar la Utopía. La idea no muere, queda latente, pasarán quizás generaciones, pero llegará el día, el ambiente adecuado y esa idea volverá a resurgir y dará su fruto. Todo lo pensable es realizable, si se dispone de los medios adecuados para hacerlo. Si nos acercamos al oscuro rincón del alma y arrancamos de la empolvada Utopía las notas de igualdad, fraternidad y justicia, lentamente nuestras relaciones irán cambiando hasta transformarse en una sociedad donde impere la libertad, donde no haga falta ni Estado ni patrón, ni redentor que nos redima.
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Delfín Cerezo |
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